Hace algunas décadas, el Museo de Diseño de Zurich incluyó la serie USM Haller en su colección como objeto de arte, reconociendo la contribución de USM a la historia del diseño suizo.

Cuando el Museo trasladó sus instalaciones a uno de los edificios más emblemáticos de Zúrich, la remodelada fábrica antigua de productos lácteos Toni-Areal, ganaron mucho más espacio Por primera vez en la historia del museo, tenían espacio suficiente para llevar toda su selección de archivos de casi medio millón de objetos de diseño bajo un mismo techo. También pudieron crear tres nuevas salas de exposiciones, una tienda del museo y oficinas administrativas adicionales. Todo el espacio adicional requería mobiliario nuevo para cubrir las necesidades de almacenamiento de la oficina y cumplir con los diversos requisitos de exposición en las oficinas de recaudación individuales. Tenían la solución perfecta delante de ellos: las unidades USM Haller que habían sido parte de la colección permanente durante tanto tiempo.

Preservar el carácter industrial original del complejo Toni-Areal era fundamental para los arquitectos y diseñadores a cargo de la remodelación; así como conservar una atmósfera abierta y creativa acorde con una oficina en un centro creativo que también incluye la Universidad de las Artes de Zúrich, estudios de grabación y una sala de cine. Para este fin, las estanterías USM Haller acabadas en blanco puro y azul acero junto con las mesas USM Haller en gris perla eran ideales. Mantienen el entorno industrial, pero siguen siendo permanentemente modernas y reconfigurables para permitir un diseño de oficina verdaderamente flexible y respuestas creativas a las necesidades cambiantes de un museo concurrido.

La solución de almacenamiento para las nuevas oficinas administrativas, entre tanto, estaba aún más cerca de casa: una serie de estanterías USM Haller con acabado en gris medio que ya se usaban en el edificio original desde hacía varios años. Roman Aebersold, jefe de los departamentos de Colaboración y Colecciones del museo, estaba encantado al ver que parecían «casi como nuevas y funcionando aún perfectamente».

Por consiguiente, el museo celebra en este momento las dobles virtudes complementarias de los muebles USM Haller: pieza venerada del museo y solución de almacenamiento comercial muy práctica.

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