Dos conceptos caracterizan a la perfección los ideales más profundos de la oficina moderna: flexibilidad y colaboración. Las oficinas eran espacios cerrados en el pasado: despachos para ejecutivos, cubículos para el resto del personal y quizás una zona de reunión individual cerrada para debates poco frecuentes, mientras que estos ideales más modernos requieren apertura por encima de todo. La apertura es fundamental para la innovación; una idea compartida, ahora lo sabemos, es una mejor idea. También permite a los equipos reducir las deficiencias y mejorar la calidad mediante ciclos constantes de feedback e intercambio de conocimientos.

La posibilidad de trasladarse de un espacio de oficina tradicional, cerrado, a otro más abierto, puede parecer desalentador, pero podría ser más fácil de lo que piensa. Con solo seleccionar el mobiliario apropiado y tomando decisiones inteligentes sobre decoración, puede dar pasos importantes para fomentar la colaboración en su plantilla. El sistema USM Haller se diseñó para hacer que la apertura sea lo más fácil posible, al adaptarse a las necesidades diarias con la mínima molestia.

Como el galardonado estudio de diseño Yabu Pushelberg descubrió, usar el sistema USM Haller para construir un entorno de trabajo abierto y ágil puede generar dividendos, facilitar los recursos, hacer más rápida la toma de decisiones y más productivos a los trabajadores (sin olvidar que son más felices).

Durante 23 años, Yabu Pushelberg estuvo ubicado en oficinas tradicionales, en un modesto edificio de poca altura en el centro de Toronto. Cuando sus vecinos se mudaron, el estudio aprovechó la oportunidad para expandirse y rediseñarse.

La redecoración fue una parte importante de la actualización de la oficina. Ahora, el espacioso lugar de trabajo de 1200 metros cuadrados con paredes blancas parece amplio y abierto, acorde con la reputación de la firma de diseñar espacios con una estética moderna y una mentalidad de «todo es posible».

Otro elemento fue la eliminación de despachos privados, incluso para los mismos Yabu y Pushelberg. Los antiguos despachos fueron reutilizados en una variedad de espacios de reuniones y salas de juntas inspiradoras equipadas con videoconferencia para conectarse fácilmente con clientes y compañeros de otras oficinas.

Cada equipo también tiene su propia zona de reuniones específica, para que todo el mundo pueda comunicarse en cualquier momento. Estos espacios para reuniones de equipo están equipados con mesas USM Haller rematadas con tableros de mesa blancos y limpios, sillas Jacques Guillon Cord y paneles de anuncios envueltos en lino para sesiones de brainstorming.

Se han creado otros centros de colaboración en las instalaciones. Uno es la cocina, equipada con cuatro mesas de picnic personalizadas de gran tamaño y bancos del diseñador holandés Marlieke Van Rossum. Otro es el "salón", donde los invitados se encuentran con una mezcla ecléctica de mobiliario, que incluye unidades diseñadas por Yabu Pushelberg, arte recopilado durante años de viajes y mesas de pimpón y futbolín de diseño.

Asimismo, cada zona de trabajo individual ha sido rediseñada para garantizar que los empleados disfruten de espacio y funcionalidad. Cada empleado dispone de una estación de trabajo USM Haller y de una unidad de almacenamiento portátil USM Haller, ambas con acabados en blanco puro. El mobiliario USM Haller ofrece individualmente a cada empleado la adaptibilidad de la que la firma disfruta ahora a un nivel más general: funcionalidad elegante y personalizable, modificada para atender a las necesidades que puedan surgir en ese preciso instante. La incorporación de muebles USM en estudios con claraboyas es un sueño hecho realidad para los diseñadores. «Siempre hemos admirado la estética racional de USM», afirman Yabu y Pushelberg. «Ya de jóvenes diseñadores en los setenta y ochenta conocíamos USM, pero por aquél entonces nos parecía algo exótico, europeo y en cierto modo inalcanzable".

El resultado del rediseño es un espacio puro y neutral que promueve el intercambio de ideas en la oficina. Yabu y Pushelberg también han comprobado que la totalidad de la plantilla es más accesible y está más conectada con el día a día del estudio: los recursos están ahora al alcance de la mano de los empleados, la información se transmite más rápidamente y la oficina al completo proyecta la filosofía de organización jerárquica plana de Yabu Pushelberg. «Y lo que es más importante», aseguran Yabu y Pushelberg, «la gente es más feliz».

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