La cuestión más importante de la acústica arquitectónica es: ¿Qué tipo de superficies me ayudan a crear condiciones auditivas óptimas en un espacio? Todas las superficies – o sea paredes, suelos y techos incluyendo el mobiliario – son elementos básicos de la arquitectura. Dan forma al espacio en que vivimos, donde trabajamos, comunicamos, y queremos descansar. La materialidad de estas superficies, su forma y calidad determinan la naturaleza de un diseño arquitectónico.
Una buena acústica arquitectónica no es ningún lujo, ningún «complemento» – es parte integral de una buena arquitectura planificada, orientada al futuro. Por este motivo, es un asunto de todos. Hoy en día, se estima que alrededor del 70 por ciento de la población activa trabaja en oficinas. Encuestas y estudios han demostrado repetidamente que, al lado de las condiciones de luz, la acústica es el factor más importante para el bienestar y por lo tanto el rendimiento de los empleados en las oficinas. Esto es tanto más importante cuando la comunicación informal en estructuras de oficinas abiertas y flexibles se propaga cada vez más y el ruido se percibe generalmente como la fuente más fuerte de la interferencia en el lugar de trabajo por los empleados.
Donde hay poco ruido, hay menos estrés, más concentración, menor fluctuación de personal y menos bajas por enfermedad. En pocas palabras: Cuando una empresa se preocupa activamente por la optimización de la acústica arquitectónica, a largo plazo ahorra mucho dinero.
- Si yo como usuario o arrendatario encuentro salas y habitaciones que inicialmente parecen ser ideales para mis propósitos, pero luego presentan grandes cargas acústicas en el uso, me esperan gastos inesperados.
- Si yo como arquitecto descuido el tema de la acústica en el proceso de planificación, posiblemente tendré que aceptar que superficies visibles y estructuras arquitectónicas del edificio serán cambiadas posteriormente.
- Si yo como constructor o inversor descuido la acústica arquitectónica durante el proceso de planificación, posiblemente tendré que invertir más adelante en medidas estructurales adicionales para crear condiciones más agradables.
Además, una buena acústica arquitectónica no sólo es una cuestión de la calidad de los lugares de trabajo en oficinas: Un menor nivel de ruido también tiene un efecto positivo en otras áreas sensibles – por ejemplo en cualquier recepción grande, en bibliotecas, hoteles o cantinas. Además, también se producen problemas con la acústica arquitectónica en las salas y habitaciones privadas – sobre todo cuando hay techos altos y superficies duras de vidrio y hormigón o alicatados. Quien da importancia a condiciones acústicas agradables en el entorno privado, quien por ejemplo realmente quiere disfrutar música y aprecia una reproducción de audio de muy alta calidad, no querrá echar de menos el efecto de superficies acústicamente optimizadas.