La pregunta de cómo seguir desarrollando los clásicos, en principio, se contesta fácilmente en esta empresa: siendo fiel a si mismo. En tiempos en los que se fusionan los cambiantes entornos de vida y trabajo, la flexibilidad y la diversidad son especialmente decisivas para la perspectiva de un producto. USM puede confiar, así, de una forma segura en su propia visión.

Cada espacio expresa cómo piensa y siente uno, sin que haya ninguna diferencia entre las personas y las instituciones. Es un equilibrio único entre la vida privada y la vida laboral, al que los Sistemas Modulares USM pueden contribuir. El valor de los muebles siempre incluye un valor adicional, que no sólo se expresa en la ergonomía, la eficiencia o la calidad certificada. La sostenibilidad de los productos juega un papel importante.

El uso responsable de la energía, las emisiones, la materia prima y los métodos de producción en USM no se discute. Sin embargo, el tiempo de utilización del producto tiene suma importancia en la reflexión sobre la ecología. Cuanto más tiempo se pueda usar un producto, menos perjudicará al medio ambiente. Para ello, se sientan las bases en el ciclo de vida de un mueble muy pronto. La precisión, la robustez y la practicabilidad contribuyen a la calidad de USM.

Los accesorios y componentes de USM se perfeccionan continuamente de acuerdo con el estado más actual de la técnica, mientras que la imagen exterior y los principios básicos se mantienen intactos. De esta forma se asegura que cada nueva pieza del sistema se pueda integrar en las estructuras yaexistentes. Incluso los Sistemas Modulares USM construidos a principios de los años 60, aún se siguen usando y se pueden ampliar sin problemas. Para esto existe un término fijo dentro de la visión de los productos de USM: la retrocompatibilidad.

Las visiones y los principios que mantienen un producto actual durante tanto tiempo no sólo son válidos para el Sistema Modular USM Haller, que en 2015 entró en el 50º año de producción, sino también para las demás líneas de productos, que son compatibles entre si: El Sistema Modular USM Display (1989), el Sistema Modular de Mesas USM Kitos (1990) y el Sistema de Organización de Interiores USM Inos (1996).

El principio de que la forma sigue a la función se toma muy en serio en todas las líneas de productos. Así se crea un minimalismo formal que se combina con máxima funcionalidad. También se podría decir: es el enfoque de lo esencial. Los Sistemas Modulares USM son variables hasta el más mínimo detalle, y sus interiores y exteriores son igualmente personalizables. Gracias a su carácter modular que se basa en tres elementos fundamentales, las posibilidades de seguir con su desarrollo alcanzaron desde hace mucho una dimensión propia. Son sistemas consecuentemente abiertos. Se desarrollan nuevas perspectivas para darle el espacio correspondiente al cambio y por lo tanto al futuro.

A través del poder de las ideas, los productos nuevos y las ampliaciones de los productos toman forma y tienen en cuenta el cambio. Desde que Paul Schärer júnior y Fritz Haller concibieron el Sistema Modular USM Haller en 1963, éste se ha convertido en un clásico del diseño mundialmente reconocido. Una pieza de arquitectura con carácter artístico. Sabiendo que los productos USM tienen una belleza intemporal y duradera, la confianza se transmite a los clientes y usuarios. Lo que no se debe confundir con la autocomplacencia. «Tenemos un producto honesto,» dice Alexander Schärer, el propietario y director general de USM. Esto sigue siendo la más bella expresión del lenguaje del diseño.