El hogar de Ed y Barbara Parker: el diseño sostenible crece en Brooklyn
Nueva York, EE.UU.
Ed y Barbara Parker ya han estado por aquí antes. Presentamos a la pareja en USM en 2015, cuando se mudaron por primera vez a su apartamento de Brooklyn. Pero, tal y como explica Barbara: «Por aquel entonces no teníamos hijos, así que ahora las cosas han cambiado».
Los arquitectos se conocieron cuando Ed estudiaba en Pittsburgh, Pensilvania, y Barbara estaba en un programa de intercambio académico de su Italia natal. Tras sus estudios universitarios, Ed se mudó a Nueva York y Barbara con él. Una década después, se instalaron en el barrio de Park Slope, en Brooklyn. «Es como si estuviéramos en Europa. La arquitectura distinta y el entorno urbano me hacen sentirme identificada», comenta Barbara. «Tratamos de ser previsores al elegir este lugar», añade Ed. «Hay servicios para las familias y, además, es un sitio precioso».
Construido en torno al 1900, Ed describe su apartamento como un «ferrocarril, largo y estrecho, con varias habitaciones por las que hay que pasar». Por eso la pareja enseguida se propuso cambiar el interior, aunque les haya llevado tiempo. En 2015 solo habían renovado la fachada. «A partir de ahí, nos adentramos en otra reforma para acomodar a los niños», explica Barbara. Así que lo que antes era un segundo salón en el corazón del apartamento se convirtió en la cocina: el viejo armario repleto de libros dio paso a un frigorífico empotrado, y los niños tienen su propia habitación.
Ahora también hay más desorden y notas de color en un espacio que antes era de un blanco impoluto. A la pareja le gusta la mezcla de antiguo y nuevo. Tal y como dice Ed, «las piezas se yuxtaponen y resaltan entre sí. Nuestras contribuciones son modernas pero comedidas». Y es aquí precisamente donde entra su relación con USM. Ed conoció la marca cuando estaba estudiando en Zúrich y enseguida se vio intrigado. Había dos armarios, uno para la televisión y otro para albergar la interminable colección de vinilos de Ed. Pero al desaparecer el segundo salón, tenían que encontrar la forma de almacenar sus cosas.
«Cuando compramos nuestro primer mueble USM, Ed lo defendió a ultranza porque conocía la marca y le encantaba», afirma Barbara.
Demostrando claramente lo flexible y sostenible que es USM, tan solo tuvieron que combinar sus dos piezas USM Haller ya existentes y, de la mano de un especialista en diseño de USM, fueron añadiendo más elementos hasta crear un armario de pared completamente nuevo y mucho más grande. También compraron una mesita de noche amarilla para el dormitorio de sus hijos. «Le pedimos a un pintor decorativo que hiciera un mural que teníamos pensado para la habitación de los niños. En términos de color, nos pareció que el mural combinaba muy bien con esa pieza. Además, como los paneles USM son magnéticos y los niños tienen objetos magnéticos, disfrutan mucho jugando con ellos», comenta Ed.
Por supuesto, a medida que la vida cambia, los espacios interiores suelen cambiar con ella. Aun así, no parece que los Parker se vayan a desprender de su USM a corto plazo. «Si en algún momento nos mudamos, podríamos darle otro uso: por ejemplo, como archivadores o almacenamiento para otras cosas», señala Ed.
«Nos parece que es algo que podremos usar siempre, aunque no sea exactamente con esta forma y este tamaño».
«Sin lugar a dudas, un buen diseño en términos de detalles, materiales y calidad genera placer», concluye Barbara. «Se ha convertido en toda una presencia en el salón».
Diseño sostenible
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