Puede que ahora sean arquitectos, pero fue el periodismo lo que unió a Noam Dvir y Daniel Rauchwerger. La pareja se conoció y enamoró trabajando en el mismo periódico de Tel Aviv, donde Noam era corresponsal de arquitectura y Daniel de arte. No obstante, la industria estaba cambiando. "Escribía sobre arquitectura como si fueran noticias serias", explica Noam. "Al ver cómo evolucionaba el periodismo entendí que lo que me gustaba escribir estaba desapareciendo poco a poco". Dedicarme a la arquitectura parecía el siguiente paso lógico.

Se trasladaron a la Harvard Graduate School of Design de EE.UU., donde obtuvieron sendos másteres: Noam en diseño urbano y Daniel en estudios de diseño.

Más adelante se mudarían a Nueva York, y la Office for Metropolitan Architecture (OMA) los contrató como pareja. Pero enseguida se dieron cuenta de que estaban decididos a trabajar por su cuenta, y hace poco celebraban el tercer aniversario de su estudio, BoND Architecture.

En 2020 se instalaron en su actual apartamento neoyorquino, en la planta baja de un edificio adosado de 1856 en Chelsea. El espacio resultó ser una especie de lienzo en blanco, porque todas las molduras y decoraciones originales habían sido arrancadas hacia 30 años. "Cuando compramos el piso, estaba vacío", comenta Daniel. "No tenía carácter. Se encontraba en pésimo estado, así que tuvimos que rehacerlo todo".

"Nos propusimos reinventar la idea de salón", afirma Noam, y lo hicieron aportando elementos tradicionales pero con un lenguaje contemporáneo, como la chimenea rodeada de mármol. "Hay una librería rematada en arco, por ejemplo, aunque los detalles son totalmente contemporáneos", añade. Los acontecimientos mundiales influyeron notablemente en su perspectiva. Cuando llegaron, la pandemia se extendía por todo el mundo y comenzaban los confinamientos. "No sabíamos si algún día volveríamos a la oficina ni cuándo sería", señala Daniel.  "Lo que nos encantó de este espacio era que permitía crear distintos rincones. El hecho de compartir el mismo espacio pero haciendo cosas por separado y no siempre uno encima del otro".

No elegimos un solo tono o estilo de mobiliario deliberadamente. Con todo, los muebles modulares USM desempeñan una función clave en el interior. La pareja conoció la marca en Israel y la ha utilizado en diversos proyectos, sobre todo en los interiores de la sede central de Axpo Holding en Nueva York. "Encaja muy bien con nuestra estética de diseño, fresca y muy contemporánea, además de colorida y lúdica. Es una combinación perfecta", declara Noam.

En su dormitorio hay un gran mueble USM Haller para almacenar ropa y zapatos. También sirve como separador de espacios, cuya puerta abatible hace las veces de escritorio, y durante la pandemia atendían desde allí algunas llamadas de trabajo. También eligieron la marca USM para sus mesillas de noche y adquirieron una cajonera con ruedas para un rincón de trabajo. Pero sin duda la pieza más sugerente es la mesa de centro USM diseñada a medida de la sala de estar, inspirada en el Jardín de Jacob, una estructura de conexión entre el Teatro Nacional y la Orquesta Filarmónica de Tel Aviv, o Heichal Hatarbut, que es básicamente una cuadrícula con diferentes niveles. 

"Procuramos que cada proyecto y cada mueble sean únicos, sin ceñirnos a un estilo estricto", concluye Noam. "Incluso dentro del mismo apartamento, cada pieza USM es distinta y contextual"

Si desea comprar un mueble USM Haller, puede diseñarlo con nuestro configurador en línea o puede contactar con su distribuidor local aquí.