¡Al principio me daba un poco de vergüenza tener una entrada tan grande, por eso USM fue una revelación para mí! Hemos diseñado un precioso aparador USM con extensión frente a la ventana que hace de gran escritorio. De pronto no es tan solo un recibidor, esta estancia tiene un propósito, una verdadera razón de ser. Es un lugar muy agradable, con luminosidad; me encanta esta oficina donde tengo todos mis documentos a mano, ordenados en muchos cajones. Y me fascina la idea de poseer un mueble que pueda reutilizar si me mudo. ¡Lo veo como una inversión, tal vez un día por ejemplo lo podamos reconfigurar para el estudio de mi hija!
Me entusiasma el concepto de objetos que se conservan, que se puedan transmitir porque son intemporales y reparables. Un poco como nuestras alfombras Parsua, que se siguen fabricando como en el siglo XVII, con tintes cien por cien naturales y vegetales, una pátina al agua, sin productos químicos. Son objetos que están hechos para durar. De USM me seduce exactamente eso: su durabilidad y atemporalidad.