La filosofía de lo concreto
Los ideales que se esconden detrás de las tres famosas iniciales
El sistema es fuerte, pero no es rígido. Porque el mundo está en movimiento, y los Sistemas Modulares USM (Ulrich Schärer Münsingen) con él. Cuando el espacio y el tiempo se mueven, no sólo se presentan flexibles, sino que ofrecen el soporte necesario. Moverse, crecer, cambiar una pieza de mobiliario es como la vida misma. Para USM, sus productos son, como mínimo, la expresión de una actitud ante la vida.
La demostración de que el sistema de módulos es un compromiso con la claridad, pero no por esto con la uniformidad, se encuentra en los 1.334 metros cuadrados de la sede de Münsingen, cerca de Berna, donde sencillamente las personas viven los muebles. La estructura abierta del recién rediseñado Departamento de Administración en la sede corporativa de USM simboliza una ciudad con sus calles y espacios comunicativas. El uso reflexionado de los muebles ha derivado en lugares funcionales con distintos caracteres, estados de ánimo, ideas y perspectivas. Algo de la filosofía resuena tanto en el diseño como en el uso: minimizar sin renunciar a nada es sinónimo de éxito.
La coherencia de los Sistemas Modulares USM no comporta ninguna limitación a la creatividad ni a la estética. Está basada en los valores corporativos que sitúan la forma, la función, la flexibilidad, el sistema, el diseño, la sostenibilidad, la calidad, el desarrollo y la ampliación como importantes ángulos de visión. Aunque, en este caso son más bien redondeados. Porque es una brillante esfera metálica que, siendo el centro de los Sistemas Modulares USM Haller, une tubos metálicos de una forma única y estable. Más allá de su funcionalidad técnica, los seis orificios con rosca de la esfera cromada deben ser considerados como un símbolo: amplían las posibilidades de uso de todo el sistema modular en todas las direcciones, por lo que se puede formar de ello un sistema de módulos ampliable ilimitadamente.
La coherencia de los Sistemas Modulares USM no comporta ninguna limitación a la creatividad ni a la estética. Está basada en los valores corporativos que sitúan la forma, la función, la flexibilidad, el sistema, el diseño, la sostenibilidad, la calidad, el desarrollo y la ampliación como importantes ángulos de visión. Aunque, en este caso son más bien redondeados. Porque es una brillante esfera metálica que, siendo el centro de los Sistemas Modulares USM Haller, une tubos metálicos de una forma única y estable. Más allá de su funcionalidad técnica, los seis orificios con rosca de la esfera cromada deben ser considerados como un símbolo: amplían las posibilidades de uso de todo el sistema modular en todas las direcciones, por lo que se puede formar de ello un sistema de módulos ampliable ilimitadamente.
Una idea valiente que sigue teniendo el mismo éxito de antes. Los muebles USM entran en escena de forma discreta, pero con un gran impacto. En un tiempo inundado por impresiones ópticas, esto se convierte en una ventaja competitiva única. Los Sistemas Modulares USM no sólo forman parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York, sino que también se reconocen como obra de arte aplicada. Y eso, a nivel mundial, es mejor que estar protegido por una patente.
De la fuerza interior de la filosofía y de los productos surge lo que nos gusta llamar «autenticidad». No es un eslogan, sino un valor duradero. Y la expresión de una convicción esencial de USM: no hay constancia sin renovación, ni continuidad sin innovación. Así se crean los clásicos.